Iniciativas
El deporte, la violencia y el comité de vecinos del Estadio Nacional y sus alrededores
Janela García, 6 de enero de 2012
Comité de vecinos del Estadio Nacional y sus alrededores, comuna de Ñuñoa en Santiago, en reunión con General Ortega Jefe de Orden y Seguridad del área metropolitana y con el Comandante Vargas, con el objetivo de coordinar resguardo y medidas de seguridad en el partido de la final de la Copa Sudamericana entre Universidad de Chile y Liga deportiva de Quito, Diciembre 2011, realizada en el Estadio Nacional.
Cuando la sociedad en general entienda que todo tipo de deporte, es una manifestación cultural de primer orden en las sociedades modernas, habremos logrado construir sociedades mucho más plenas y con reales posibilidades para el desarrollo de nuestros jóvenes, niños, adultos, tercera edad y de toda la sociedad.
El fenómeno que se da reiteradamente en los alrededores del Estadio Nacional, cuando se producen partidos de alta convocatoria, está acompañado en la mayoría de las veces de una dosis alta de riesgo y a veces con expresiones de violencia. Esto para los vecinos de los alrededores del estadio es motivo de alta preocupación. La mayoría coincide en que la violencia irracional es perjudicial para el deporte, sabemos que es algo que la sociedad rechaza pero desgraciadamente es algo que se sigue produciendo.
Estamos claros que la violencia es un problema de fondo, consecuencia de factores estructurales de nuestra sociedad y que no se resuelve solo con medidas de coordinación con las autoridades policiales.
De esta mirada no puede estar ajeno el factor, que actualmente el fútbol es una mercancía, un producto comercial y que las sociedades Anónimas que lucran con estos espectáculos deportivos, hacen recaer los efectos negativos de estos espectáculos masivos, en la ciudadanía, en los municipios y en los bolsillos de los vecinos en forma particular que deben reparar los daños que las barras y los asistentes a los estadios provocan.
Por el contrario los beneficios y jugosas ganancias por concepto de venta de entradas, contratos televisivos y publicidad van a parar a manos de un pequeño grupo de accionistas que se desentienden absolutamente de los daños que este tipo de evento genera en los vecinos que residen en los alrededores de los estadios.
A este comité de vecinos de los alrededores del estadio nacional nos interesa por una parte reducir y/o eliminar la violencia en el estadio y sus alrededores y también, como hacemos que estas sociedades anónimas asuman pagar los daños a la propiedad pública y privada. ¿Cómo hacemos que los responsables de estas sociedades tomen los resguardos necesarios para evitar daños causados a terceros y en caso de que estos se produzcan no sean cancelados por los vecinos en forma particular, contratando, por ejemplo seguros privados para cubrir eventuales daños?. Es necesario recordar y traer a la memoria los desmanes producidos en fechas anteriores, en ocasión de distintos eventos futbolísticos, como fueron los lamentables siete fallecimientos que en el año 1991 se produjeron, en el marco de la final de la Copa Libertadores de América en donde Colo- Colo resultó campeón, ese fue un saldo lamentable y más de veinte saqueos a locales comerciales, agresiones físicas y daños a la propiedad pública y privada e innumerables robos. Ya hemos tenido la experiencia de los fallecimientos de personas, como consecuencias de la violencia en el deporte, sabemos el dolor y la tragedia que eso produce en sus familiares.
La destrucción de estadios y sus alrededores, incluyendo el mobiliario urbano, la exacerbación del racismo y la xenofobia y además de otros desmanes, actitudes lamentables que no tenemos porque permitir que ocurran. En la actualidad, la violencia en el deporte, lamentablemente se expresa en forma permanente. Sabemos que las causas son varias, como por ejemplo la frustración producto de los problemas estructurales de la sociedad. Es decir, la falta de oportunidades, la imposibilidad practica de acceder a espacios culturales, la carencia de espacios deportivos barriales y lugares de esparcimientos adecuados para los sectores más modestos y para la población en general, la conflictividad social, el estrés ambiental que se produce especialmente en nuestra ciudad. Las desigualdades sociales y económicas, son carne de cultivo para gatillar violencia en determinados sectores de la ciudadanía.
Ciertamente existen diferencias en sus expresiones porque el deporte refleja la sociedad en sí y por tanto las diferencias sociales y culturales existentes, estas se plasman en el contexto deportivo al igual que en otros contextos.
La frustración de las aspiraciones individuales es mitigada mediante la canalización de las propias necesidades hacia lo colectivo, permitiendo sacar fuera la rabia, el resentimiento por medio del grupo. Cualquiera sean los individuos que componen a una masa humana, al formar parte de una multitud los transforman en almas colectivas, capaces de sentir, pensar y obrar de una forma completamente distinta a como lo harían aisladamente. En una multitud desaparece la personalidad individual surgiendo el inconsciente social y el individuo adquiere un sentimiento de potencia casi invencible, lo que le permite ceder a determinados instintos, que como individuo aislado hubiera frenado, porque actuando en medio de una multitud anónima, desaparece el sentido de responsabilidad individual de sus actos. He allí lo peligroso ya que todo acto multitudinario suele ser contagioso y sugestivo hasta el extremo de llevar a cualquier individuo a actuar en forma contraria a su naturaleza, sacrificando su interés personal y sin tener conciencia de sus actos.
Sin embargo si nuestra coordinación con carabineros y nuestros esfuerzos significaron salvar al menos una vida, evitar los frecuentes desmanes y disminuir los daños a los vecinos, todo nuestro trabajo mereció la pena y en futuros eventos futbolísticos o de otra índole, que pongan en riesgo la seguridad de los vecinos que viven en los alrededores del Estadio Nacional, nuevamente reactivaremos los medios para coordinarnos con quién sea necesario para mejorar los dispositivos de protección hacia la comunidad.
Sabemos que vivimos una sociedad compleja, en donde los síntomas actuales, llevan una marca casi autista como es el individualismo, las adicciones, la violencia, el estrés, la soledad, la depresión, la exclusión, síntomas que ponen a prueba nuestra capacidad como personas conscientes que debemos enfrentar la realidad de esta época de una sola forma, “organizándonos”. La participación ciudadana y vecinal debe ser entendida como la intervención de las personas en actividades públicas, para efectivamente llegar a decidir sobre los intereses de los vecinos, dándose un mayor y real protagonismo, para conformar una ciudadanía activa, dispuesta a asumir con responsabilidad su participación en la búsqueda de soluciones a las inquietudes y problemas que los aquejan. Estos desde los más simples a los más complejos, desde lo local a lo nacional.
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