Ejes temáticos
Eje 2 - Mujeres
Janela García, 16 de agosto de 2010
Como sujetos de cambios, en un momento político y social diverso, que viven nuestros países, y el mundo, compartiremos experiencias, coordinaremos posibles acciones y reflexionaremos, con una mirada de respeto por nuestro Cono Sur, nuestra gente, nuestras costumbres, nuestros proyectos, nuestro propio vivir en ciudadanía, en la aceptación del otro. Reflexionaremos críticamente la cultura masculinizada de dominación y superioridad sobre la naturaleza, por ello es importante un nuevo enfoque femenino, en la cotidianidad, el que tenemos que entregar nosotras las mujeres. Al constituirnos como la mitad de la población mundial, merecemos y debemos estar incluidas en todos los procesos que tengan relación con la humanidad.
Algunas exposiciones serán la provocación inicial para el trabajo en grupos, colectivo, que es lo central.
Coordinadora del eje temático
- Janela García: janelaraquel@gmail.com
Programa
(Los programas de ejes temáticos se refieren únicamente al tiempo exacto que se destinará a ellos en los tres días de asamblea).
Convocatoria
Los seres humanos no reflexionamos sobre nuestro vivir con frecuencia, esta es la ocasión de hacerlo en la Asamblea
Regional de Ciudadanos del Cono Sur, en ella nos encontraremos mujeres de Bolivia, Perú Argentina y Chile, junto
a una pequeña delegación de invitados fraternos de Europa, África y Asia, con el fin de compartir experiencias,
coordinar posibles acciones y reflexionar sobre diversas temáticas, que nos parecen atingentes, como sujetos de
cambios, en un momento político y social diverso, que viven nuestros países, y el mundo en general, con una mirada
de respeto por nuestro Cono Sur, nuestra gente, nuestras costumbres, nuestros proyectos, nuestro propio vivir en
ciudadanía, en la aceptación del otro. Porque el entrelazamiento del amor, permite la reflexión y el apoyo en el
autorrespeto y el respeto por el otro. Un encuentro que pueda nutrir miradas de distintos países, miradas regionales de
luchas, de creación y en la búsqueda de nuevas agendas que permitan cambios reales en donde otro mundo es posible.
Somos mujeres que desarrollamos las más diversas actividades; dueñas de casa, campesinas, trabajadoras, indígenas,
profesionales, monitoras, educadoras y dirigentes de grupos y organizaciones variadas. Nosotras en estas sociedades
occidentales, vivimos cada vez más inmersas en constante contradicción emocional: queremos conservar el mundo
natural pero igual participamos del consumismo; queremos generar solidaridad, e igual permitimos que otros
vivan en la apropiación; queremos vivir en cooperación pero aceptamos la competencia, queremos acabar con la
pobreza y aceptamos la opulencia en otros. Por ello la propuesta pretende ser una fuente desde la cual se produzcan
experiencias educativas y de toda índole, posibles de ser adaptadas a las realidades específicas de los países que
conformamos la Asamblea.
Queremos tocar temas que estuvieron fuertemente presentes en las discusiones que se realizaron en los diversos
países, y que cruzan, a nuestro parecer, el desarrollo de las corrientes de pensamiento que proponen un cambio para
nuestras sociedades. De esta manera decidimos colocar estos temas en el centro de la reflexión, acotando de manera
más especifica los contenidos que tradicionalmente han interesado a las mujeres.
La vida humana debe vivirse en armonía y dignidad, para ello debemos recuperar la mística, el amor, y sobre todo
la audacia de atrevernos a vivir seriamente la responsabilidad de mujeres capaces de generar un mundo humano en
armonía con el mundo social y natural. Para ello debemos abandonar el emocionar patriarcal, ya que es lo patriarcal
lo que genera agresión y competencia como maneras de vivir, y es en la colaboración de los dos sexos en el vivir
cotidiano, a través del compartir alimentos, ternura y sensualidad, sin reflexión y como un aspecto natural de ese vivir,
así y solo así es como la colaboración surge en un deseo espontáneo, que lleva a una acción que resulta concertada
desde el placer; puesto que en la colaboración no hay división del trabajo. Tenemos que generar una cultura en el
que hombres y mujeres surjamos como iguales colaboradores e iguales, a través de una convivencia acogedora y
liberadora, solo así lograremos entender a la tierra para mejorar nuestra relación con ella.
Se ha impuesto una cultura masculinizada de dominación y superioridad sobre la naturaleza, por ello es importante
un nuevo enfoque femenino, en la cotidianidad, y ese enfoque es el que tenemos que entregar nosotras las mujeres.
Al constituirnos como la mitad de la población mundial, merecemos y debemos estar incluidas en todos los procesos
que tengan relación con la humanidad, al ser decisivo nuestro rol como agentes de cambios y de esperanza para la
supervivencia del planeta y la humanidad. Las mujeres hemos dado muestras de ello, entendemos gradualmente, que la
madre tierra, es la que nos provee de alimentos, y es con ella con quien debemos mejorar nuestra relación.