La Asamblea de ciudadanos de Iquique
Construyendo ciudadanías al Sur
Equipo de coordinación de la Asamblea, 21 de agosto de 2010
"Patria es humanidad, es aquella porción de humanidad que vemos más de cerca y en que nos tocó nacer… por lo que, de modo especial, allí está obligado el hombre a cumplir su deber de humanidad" - José Martí
Poco antes de morir en la lucha por la tardía independencia de Cuba, el poeta, pensador, exiliado y diplomático cubano José Martí escribió aquellas palabras; según las cuales la patria es, explícitamente, una responsabilidad hacia la humanidad, allí donde es más viable, donde la tenemos más cerca, donde nos tocó en suerte nacer. La vigencia de esta concepción, que es parte ya del acervo cultural y ético latinoamericano, tuvo un feliz encuentro con un movimiento de carácter mundial, dando origen a un caminar, un pensar y un construir que lleva ya un rico año de recorrido. Se trata del nacimiento de la ASAMBLEA REGIONAL DE CIUDADANOS DEL CONO SUR.
La búsqueda
Los procesos de crisis y cambio cultural, profundos, propios de un cambio entero de época, vividos por el mundo a fines del siglo XX, la incontestable experiencia histórica de perversiones, crímenes y amenazas de todo tipo, surgidas por el desarrollo convencionalmente entendido hasta entonces, ya sea a manos del capitalismo liberal, el fascismo, o el socialismo real, desacreditaron, en mayor o menor medida, la fe en los grandes discursos y sentidos políticos, sociales y culturales. Conjuntamente, las viejas injusticias sociales de carácter estructural, las desigualdades ciudadanas y las exclusiones de la diferencia, continuaron y muchas veces aumentaron de magnitud, agudizando la crisis de las relaciones entre sociedad y medio ambiente.
La desalentadora mezcla de inseguridad social, incertezas filosóficas y quiebre de la confianza en la propia modernidad, dieron paso a dos grandes tendencias de actitudes opuestas que se combinan y superponen. Por un lado, la desesperanza en la especie humana (pesimismo) o en creer en alguna concepción de sentido para la realidad (nihilismo), y el concentrarse exclusivamente en la búsqueda del placer propio (hedonismo egoísta). Por otro, la idea de que toda aquella crisis, todos esos fenómenos, sumados a las amenazas de eventuales órdenes dictatoriales y deterioros ecológicos catastróficos, vuelven aún más imprescindible la preocupación de los individuos por un nuevo tipo de regulación, un nuevo contrato social, a escala local, regional y global; de modo tal, que la ciudadanía activa es no sólo deseable, sino imprescindible para extender, sustentar y profundizar auténticos órdenes democráticos, puesto que los puros mecanismos jurídicos e institucionales, si bien son imprescindibles, resultan insuficientes sin un grado necesario de esa virtud, preocupación y dedicación a los asuntos públicos por parte de los ciudadanos.
La necesidad de nuevos Marcos Éticos, Plurales y solidarios
Desde los primeros años de la década de 1990 estas inquietudes fueron catalizadas a través de una red de debates y acciones, empujadas por diversas personas y grupos. El eje ordenador de este proceso, que involucró a la más diversa gama de personas y organizaciones, era la coincidencia en la necesidad de Nuevos Marcos Éticos, plurales y solidarios. Como base de un nuevo pacto social, un inédito modo de construir y regular las relaciones humanas, referido esencialmente a los derechos de los otros, de las generaciones futuras, del medio ambiente y aún del universo por explorar. En una palabra, construir las bases de un nuevo modo de regulación de las relaciones sociales, basado en la responsabilidad y el protagonismo ciudadano de la sociedad civil.
Una concepción que no negaba el acumulado de reflexión y prácticas sociales de los Derechos Humanos, sino que lo actualizaba y completaba, para superar la crucial y crítica época alcanzada. Tampoco negaba la multiplicidad de otras iniciativas similares de búsqueda, como las cumbres alternativas, conferencias civiles y foros sociales mundiales. Por el contrario, se sabía y sentía parte de este gran movimiento de necesaria respuesta de la humanidad a la crisis civilizatoria global.
Un proceso mundial de cinco Asambleas de diversidad ciudadana, realizadas en junio de 2001, y culminados con la Asamblea Intercontinental de la ciudad francesa de Lille, en diciembre de ese año, fueron el epicentro que dio inició a un largo camino de reflexiones y prácticas colectivas y plurales en todo el mundo, que abarcó, a través de conferencias, encuentros y alianzas, reflexiones y acciones, prácticamente todos los continentes.
El encuentro
Al feliz encuentro de este proceso global, que se desarrolla en todas las regiones del mundo, vino la particular configuración cultural sudamericana. Allí donde la crisis y el cambio de época tiene sus especificas y urgentes formas, donde la memoria y el sentir son profundos y ricos, aunque también problemáticos y trágicos; al sur del mundo, este movimiento de reflexión y acción ciudadanas vino a fundirse en el telar de las luchas, las ideas y las voces por un nuevo horizonte regional como parte de un nuevo amanecer, plural y solidario, de la humanidad.
En la rica resistencia y búsqueda de alternativas a la globalización capitalista neoliberal, los pueblos sudamericanos también necesitan y buscan rehacer la geografía, reconfigurar los territorios. Las barreras geográficas y culturales, de origen colonialista, están crujiendo. Pero ello impone el colosal desafío de cambiar necesariamente la geometría política y la cultura, el modo mismo de pensar.
No inventamos nada, son procesos que ya están ocurriendo. La Asamblea regional de Ciudadanos se recorta y se teje de las numerosas y pre existentes experiencias y vínculos regionales, a través del acuerdo y el diálogo participativo y protagónico de las más diversas personas y organizaciones sociales de Argentina, Perú, Bolivia, Uruguay, Chile y, en ciernes, en Paraguay. Ellos conforman una región que mantiene una inter relación dinámica y flexible con el resto de los países de Sudamérica.
Objetivos
La Asamblea se enlaza y dialoga con las demás iniciativas similares en la región (foros, encuentros y redes), aunque pone conciente y explícitamente el énfasis en la reflexión y la propuesta. Su objetivo es ser un proceso de conversación, pensamiento y ensayos de las nuevas formas posibles de regulación del orden social, el conjunto sistemático de los nuevos valores alternativos. Para construir una nueva ciudadanía, responsable, plural y solidaria, ejerciéndola. Un proceso de re-organización de lo social, que sea sustentable a partir de cada territorio regional, con miras a construir, desde los cimientos de la sociedad, los sistemas sociales y políticos capaces de vivir en paz en una sociedad de diversidad. Se mueven en la lógica de los procesos de cabildos o asambleas constituyentes, sólo que no están enmarcadas en un cuadro jurídico o institucional.
Como no podía ser de otro modo, la Asamblea ha reflejado la pluralidad, diversidad, contradicciones, complejidades y dinámicas propias de la región. Particularmente rica es su diversidad geográfica, generacional y de prácticas socio profesionales, un conjunto heterogéneo y vasto de saberes y miradas. Ello ha impuesto necesariamente un desarrollo desigual, no exento de obstáculos, pero que hace a uno de sus objetivos explícitos y fundamentales: la complementariedad y articulación de la diferencia; el desarrollo para ello de una nueva ética, un nuevo pensamiento y un nuevo conocimiento de la articulación.
En suma: proceso sistemático de diálogo, reflexión y propuestas para una nueva Gobernanza, centrada en la justicia y la inclusión, una renovación de las herramientas de la democracia y nuevas formas de interacción entre lo local y lo global para que los ciudadanos, individual y colectivamente, no se sientan impotentes frente a problemas nuevos cuya escala y complejidad los sobrepasan.
Instrumento de inclusión, complementariedad y articulación de la diferencia para que surjan prioridades y estrategias en común. Construcción de un pensamiento colectivo, propio y útil, sobre el futuro de la región, inscribiéndola dentro de una visión de todo el planeta.
La integración regional
Realidades en marcha tales como las migraciones, los crecientes y omnipresentes flujos comunicacionales y de ideas, la trasnacionalización del consumo, de los procesos productivos y del empleo, las amenazas bélicas, medioambientales y de pandemias, entre muchas otras, rebasan la capacidad de los Estados como agentes de la política, tanto interior, como exterior en general y de la integración regional en particular. El nuevo escenario y sus desafíos nos convierten necesariamente a todos en agentes de un nuevo orden social, y esto incluye las relaciones internacionales; imponen una integración ciudadana de nuevo tipo: cotidiana, viva, profunda, inclusiva, pacífica y solidaria. La Asamblea es también un instrumento de dialogo para la paz y la integración regional solidaria.
El horizonte. Hacia la Asamblea Ciudadana Regional del 2010
La creación de la red de jóvenes y de medios de comunicación alternativos, en el encuentro de Valparaíso, Chile, en enero de 2007; el encuentro preparatorio de Antofagasta, Chile, en abril de 2007, que tuvo como referencia la solución marítima para Bolivia; y el encuentro sobre educación en el cono sur, en Córdoba en enero de 2008; son los hitos del proceso de la Asamblea, que han permitido consolidar equipos en cada país y definir una Agenda de largo plazo. En ella, los próximos dos años son “preparatorios” de una primera Asamblea Regional de Ciudadanos del Cono Sur, para el año 2010. A lo largo de estos dos años, el objetivo es elaborar “Cartas de Principios” y “Planes de Acción Colectivos”.
La Agenda, apunta y trabaja para este periodo preparatorio, a la creación de una alianza ciudadana de mujeres por la Asamblea, en el próximo encuentro de Lima, Perú, en abril de 2008. Una alianza de académicos y de educación. Una alianza medio ambiental. Una de Militares por la Paz. Una de religiosos. Una de Pueblos Indígenas. Una de Derechos Humanos. Una de movimientos sociales. Una de actores culturales. Una de municipios y poder local. Una de migrantes. Son los sectores estratégicos, no excluyentes, definidos.
Se ha definido el desarrollo cualitativo y sistemático de nuevas metodologías (el cómo hacer) colectivas, como el eje fundamental para asegurar el logro de los objetivos.
Se plantea también la creación de cátedras de reflexión sistemática de Pueblos indígenas y de Integración regional. Y la construcción de soportes virtuales de comunicaciones y difusión, tanto de los diálogos permanentes, como del acumulado de reflexiones y propuestas. Para todo ello, la incorporación creciente de personas y organizaciones, y la construcción de alianzas con diversos sectores y otras iniciativas, es condición y alimento del proceso.
Por ello, extendemos la invitación permanente a todas las personas, activistas, profesionales, y organizaciones y movimientos sociales, ONG, etc., que quieran trabajan por estos objetivos, haciéndose parte vital de este proceso para enriquecerlo, a comunicarse, articular e incorporarse al proceso de Asamblea Regional Ciudadana del Cono Sur.
Así toma forma en el sur el movimiento mundial por una nueva ciudadanía para una nueva Gobernanza regional. Nuestro norte es el sur. Nuestro fin es el comienzo.
Fuente: Artículo publicado en Le Monde Diplomatique Chile en febrero de 2008 por el Equipo de Coordinación Asamblea Regional de Ciudadanos Cono Sur.